Ya no se puede mirar hacia otro lado: ha llegado el otoño. Aunque el reflejo natural es quejarnos porque se nos han acabado las vacaciones y las horas de estar tirados en la playa (o en la montaña), hay una razón para alegrarse, y es que con la llegada del otoño podemos desempolvar el horno, que ha estado quieto en verano, y aprovechar deliciosas recetas de bizcochos como ésta.
El carrot cake es un pastel de zanahoria bastante popular y típico de la cultura anglófona. Aunque está riquísimo, lo cierto es que en su variante tradicional es bastante pesado, ya que incluye un glaseado dulce a base de queso crema. Además, es bastante difícil de confeccionar. Pero esta opción que os traigo es algo más ligera y además mucho más sencilla de hacer.
Ya habéis visto antes otras recetas del libro del que saco esta receta (citado más abajo): el bizcocho de avellanas o el bizcocho bicolor de chocolate y sirope de arce. En esta receta me he permitido la libertad de añadir nueces pecanas, ya que las he probado en otros pasteles de este tipo y combinan maravillosamente bien con el bizcocho. Mi sugerencia es que no os cortéis en absoluto con estas nueces, yo la próxima vez que haga este bizcocho las voy a poner también en mitad del bizcocho y no sólo por arriba. Le dan un punto genial.
Posibles sustituciones
Galletas tipo speculoos -> Alguna galleta de miel o galletas de canela.
Nueces pecanas -> Avellanas.