Receta: Sandwich helado vainilla-pecanas
Publicado en 22/07/2017 por Ana No hay comentarios

Este decadente helado os va a hacer engordar sólo con mirarlo. Pero también es verdad que cuando le deis un bocado, os vais a acercar un poco más a saborear la ambrosía de los dioses.
Porque no os exagero, este sandwich helado de vainilla y pecanas es poco menos que un manjar celestial, especialmente para los que seáis más golosos. Incluso si no queréis complicaros la vida, sólo el helado de dentro ya está tan bueno que lo podéis comer de cualquier forma. A mí me sobró un poco en la tarrina que hice y Esposo™ y yo nos lo comimos con un poco de sirope de caramelo que también sobró delante de la televisión. Y estoy segura de que es un helado que voy a hacer con bastante frecuencia.
Y ahora os voy a contar la parte divertida.
Si os pensáis que teniendo heladera se acabaron vuestros problemas, estáis equivocados. Yo tengo el accesorio-heladera de KitchenAid, porque total, ya teníamos el cacharro grande con el motor, así que te compras el accesorio de helado y santas pascuas. Además también tenemos un arcón congelador en el trastero, y ahí nos cabe sin problemas el vaso de mezclado. Sin embargo, hay que tener la precaución de montar todo el tinglado heladeril antes de echar nada en el vaso de mezclado, porque dicho vaso va congelado, y lo que le toca se convierte en un troncho de hielo. Así, sin avisar.
Y como yo soy muy brava, pues dije: “No puede ser tan difícil esto del helado”, y no miré las instrucciones ni nada, y lo fui a montar por intuición. Lo mejor de todo es que eché los ingredientes en el vaso antes de poner las aspas, y claro, aquello se solidificó rápidamente (excepto una zona pequeña en el centro) y yo me quedé con un palmo de narices.
Tuve que dejar que se descongelara del todo (y el vaso de mezclado tarda BASTANTE en descongelarse) para poder sacar los ingredientes y volver a empezar AL DÍA SIGUIENTE, porque tenía que recongelarse el líquido interior del vaso mezclador. Para colmo, la receta era sin heladera, así que tuve que leerme el manual de instrucciones varias veces para saber cuándo tenía que echar qué y cómo. Nada tan sencillo como echarlo todo previamente mezclado en el vaso (ya montado con aspas y girando) a excepción de las nueces pecanas, que hay que incorporarlas al final.
A pesar de todos estos contratiempos y aventuras, la verdad es que el resultado es espectacular. El helado es muy cremoso y tiene un punto dulce agradable, que no empalaga demasiado, y que admite el caramelo sin ningún problema. Y ya, si le pones estas ‘gaufrettes’ belgas, pues te mueres.
Las ‘gaufrettes’ son unas galletas típicas de Bélgica, y no sé cómo de difícil será encontrarlas en España, supongo que en tiendas gourmet las podéis encontrar, o en grandes superficies comerciales. Estas las tengo en el supermercado. Algo bueno tenía que tener vivir aquí al ladito de Bélgica, no todo van a ser días grises y lluvia.
Si lo hacéis, no prescindáis del sirope de caramelo. Aunque es un poco engorroso hacerlo en casa, merece la pena agregarle un poquito de caramelo a todo el conjunto. Si no queréis calentaros la cabeza (cosa más que legítima), podéis comprar sirope ya hecho o incluso probar con otros siropes. Una alternativa aún más fácil sería el sirope de arce, aunque no tendréis ese toque absolutamente decadente del caramelo espeso escurriéndose por el helado.

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