Receta: Tartar de salmón y humus de aguacate
Publicado en 11/07/2017 por Ana Un comentario

Os dije que haríamos recetas fresquitas este mes, y claro, por la Ley de la Máxima Puñeta, aquí en Luxemburgo estamos teniendo máximas de 20ºC, hasta el punto de que me estoy planteando cocinar cosas con el horno, porque la verdad es que calor, lo que se dice calor, no hace. Pero bueno, una se debe a su público, así que sigo trayendo recetas con #PocosFogones para los que os estáis cociendo en vuestro jugo allá por el sur.
Hay mucha gente que le tiene reticencias a los pescados crudos o poco cocinados y yo es una cosa que no entiendo. Yo no sé si es que en otra vida fui un oso que sólo se alimentaba a base de salmones, pero a mí el salmón crudo me encanta en todas sus variantes: en sushi, sashimi, tartar, etc. Y la razón por la que no lo preparo más a menudo es porque queremos que Laura coma lo que comemos nosotros pero todavía es un poquito pronto para meterla en estos fregaos.
El tartar de salmón con humus de aguacate que os traigo hoy es una cena ideal por lo ligera y fresca que es. Nosotros lo dejamos hecho, le damos la cena a Laura, la acostamos y después nos lo tomamos con una conversación adulta de por medio… Jaja, no. En realidad nos pasamos el rato diciendo: “¿Has visto que hoy Laura ha aprendido a quitar pegatinas con un dedito?” y “Antes ha intentado tirarle la pelota a Dido”. Bueno, son conversaciones adultas, aunque el tema siga siendo el mismo que cuando está la niña.
Para este tartar es vital que encontréis una buena pieza de salmón. Aquí venden un corte de salmón etiquetado como “calidad sashimi” que está sacado de la zona más grasa y tierna del salmón, así que es ideal para comértelo a bocados como si fueras Gollum este tipo de preparaciones donde tiene que brillar la materia prima.
La receta original es con naranja y una variedad de perejil, pero yo tenía mis reticencias con eso. La primera, que ya no estamos en temporada de naranja, y a mí me gusta cocinar en la medida de lo posible con lo que hay de temporada, así que he preferido sustituirla por lima, a pesar de que es más ácida. El perejil que pedía la receta es en realidad una planta llamada perifolio o perifollo (a ver, el de la risita tonta del fondo…), pero es que a mí sinceramente el perejil me aburre un poquito, sólo me gusta el que pone mi madre en sus platos, y no tiene nada que ver que mi madre pueda estar leyendo esto en este momento. Total, que lo he sustituido por cebollino y tomillo, aprovechando que el humus es también una preparación que se presta mucho a los acentos mediterráneos. Mi recomendación es que le echéis cebollino a sentimiento, pero que tengáis cuidado con el tomillo, porque es muy aromático y no a todo el mundo le gusta.
Otro consejo es que no os tiemble la mano con la chalota, porque le queda de muerte. Refresca el conjunto muchísimo, y además cuando lo probéis, no sabréis si estáis comiendo humus de aguacate o guacamole… BAM. En la receta también incluían alcaparras, pero como no me vuelven loca, he prescindido de ellas. Si a vosotros os gustan, podéis ponérselas, yo es que hundiría la cara en este tartar y las alcaparras me estorban para eso prefiero degustar la textura sedosa del salmón sin añadidos.
¿Os gusta el pescado crudo? ¿Conocéis otras opciones refrescantes para tomar salmón y legumbres en verano? Contádmelo en los comentarios, en Twitter o en Facebook.

[…] esta vida va a ser salmón. A pesar de que el salmón está delicioso, y a mí me encanta tomarlo en tartar, hay que variar un poco e incluir otros pescados en nuestra dieta. Y por eso os traigo aquí este […]