Como no habéis tenido suficiente salmón este mes en el blog (guiño guiño), os traigo otra receta más en la que el salmón vuelve a ser el protagonista. En esta ocasión es una preparación elegante que podéis utilizar como entrante en comidas multitudinarias. Eso sí, es un entrante bastante contundente, así que ojo con lo que servís después.
Receta: Ensalada-tablero de sandía
A veces me pasan estas cosas. Me gustan tanto las ensaladas raras, que al final acabo buscando lo más original del mundo y luego sufro horrores para llevarlo a cabo. Y es que esta ensalada, inicialmente, tenía que ser un cubo de Rubik, pero ya me dirás tú cómo cortas cuadrados regulares en un aguacate.
Receta: Tartar de dorada
No todo en esta vida va a ser salmón. A pesar de que el salmón está delicioso, y a mí me encanta tomarlo en tartar, hay que variar un poco e incluir otros pescados en nuestra dieta. Y por eso os traigo aquí este tartar de dorada, al que le he ajustado algunas cosas.
Gastronomía: haciendo un ‘Sunday Roast’
Todo empezó con nuestra compra de supermercado semanal.
Nos estábamos paseando por las neveras donde tienen la carne, y vimos allí unas hermosas piernas de cordero. Hacía poco que yo había adquirido esta preciosa fuente esmaltada para horno que es más inglesa que Isabel II tomando té mientras juega al cricket. Os voy a decir la verdad: todo empezó cuando yo quería comprarme la fuente, y luego ya vería qué haríamos con ella. El caso es que cuando nos cruzamos con la pierna de cordero pronto vi una forma rápida de justificarle a mi voz de la conciencia la compra que había hecho.
Receta: Ensalada de fresas y pepino
Me encantan las ensaladas raras. Me gusta cuando llevan fruta o ingredientes inusuales, y esta ensalada de fresas y pepino que os traigo hoy es perfecta para actualizar vuestro repertorio de ensaladas de frutas, que ahora en verano son muy agradecidas. Digamos que esta ensalada se encuentra a caballo entre ensalada y postre.
Receta: Falso sushi
Hacía poco que había hecho mi falso arroz frito cuando me crucé con esta receta de aquí. Yo ya había sucumbido al encanto de sustituir el arroz por coliflor, y claro, tuve que ponerme a ver si esto del sushi también funcionaba.
Como ya os he dicho antes, ADORO el pescado crudo, razón por la cual disfruto mucho con el sushi, y casi todas las semanas acabo teniendo antojo de sushi. Desgraciadamente, no todas las semanas tengo tiempo para ir a por sushi, porque aquí hay pocos sitios que repartan a domicilio y los pocos que hay te cobran por el reparto. Y si no me muero de ganas, la verdad es que coger el coche para ir a otro pueblo a por la cena me da bastante pereza.
En esta tesitura, cruzarme con una receta de falso sushi sin demasiadas complicaciones y que prometía, fue toda una revelación para mí.
Receta: Ensalada de quinoa y gambas
Ensalada de quinoa y gambas. Y más cosas, no os preocupéis.
Supongo que ya habréis notado que la quinoa está bastante de moda. Todo el mundo parece estar comiendo quinoa. La he visto usada para todo tipo de cosas, hasta como rebozado. Yo la uso casi siempre para ensaladas, por ejemplo esta y esta otra. Pero es que no me extraña, la quinoa aparte de ser sana, es un cereal bastante cuqui.
Receta: Tartar de salmón y humus de aguacate
Os dije que haríamos recetas fresquitas este mes, y claro, por la Ley de la Máxima Puñeta, aquí en Luxemburgo estamos teniendo máximas de 20ºC, hasta el punto de que me estoy planteando cocinar cosas con el horno, porque la verdad es que calor, lo que se dice calor, no hace. Pero bueno, una se debe a su público, así que sigo trayendo recetas con #PocosFogones para los que os estáis cociendo en vuestro jugo allá por el sur.
Continue Reading “Receta: Tartar de salmón y humus de aguacate”
Receta: Ensalada de melón con jamón y burrata
Aquí en Luxemburgo hay una frutería-verdulería en la zona de la estación de trenes de la ciudad que trae unas cosas riquísimas. Es más bien de ultramarinos, porque también puedes encontrar especias, conservas, frutos secos, etc. No solemos ir con toda la frecuencia que quisiéramos porque nos pilla un poco a desmano, pero cuando coincide que vamos por la zona a buscar algo o a alguna cita médica, enseguida hacemos parada allí para cargar las arcas.
En esta ocasión, habíamos ido adrede para ver si tenían flores secas pequeñas, algo que tengo curiosidad por utilizar y que puede dar color a mis platos. Cuando ya iba a pagar se cruzó en mi camino El Melón. Esposo™ cogió un trocito que había ofrecido en el mostrador de melón francés, o melón Charentais como le llaman aquí, y no hacía más que decirme que lo probara, que estaba riquísimo, que si nos íbamos a llevar uno… Al final accedí y lo probé.
Y desde entonces decidí llamarlo El Melón. Estaba bien dulce pero sin llegar a empalagar, y los melones cerrados que habían al lado desprendían un suave aroma acaramelado, señal inequívoca de que estaban en el punto ideal de madurez. Cuando llevé el melón a caja, me dijeron que había una oferta de 2 por 1, y claro, sin pensarlo dos veces cogimos otro. Así que luego tenía que hacer algo con El Melón, además de comérmelo a bocados como si fuera maná del cielo disfrutarlo en formato de postre.
Busqué entre las revistas de recetas que tengo amontonadas por casa y encontré esta receta del año pasado. Se trata de una reinvención del clásico castizo de melón con jamón. En realidad, la receta que encontré era, exactamente, melón con jamón y menta, que queda bastante fresca y ligera, pero para mi gusto le faltaba un matiz más de textura, y ahí fue cuando se me ocurrió incluir la burrata, un queso italiano parecido a la mozzarella, fresco y de sabor suave que puede combinarse de muchas formas. Generalmente en ensaladas da muy buenos resultados, especialmente aquellas de sabores marcados. Si no encontráis burrata, otra opción es requesón, queso fresco o mozzarella, es decir, cualquier queso suave y fresco. También se puede recurrir al feta, mucho más salado, pero que realzará más aún la dulzura del melón, aunque en ese caso recomiendo reducir un poco la cantidad de jamón.
En la vinagreta he aprovechado para utilizar la miel que obtuvimos en Sterpenich. La probé y tuve que contenerme para no estar metiendo el dedazo en el bote, cual Yogui desesperado. Es bastante fina de sabor, así que a esta vinagreta le quedaba genial, más aún teniendo en cuenta que ya utilizaba vinagre de Módena, que tiene un punto dulce. El resultado fue bastante satisfactorio: un plato fresco y rápido de preparar, sin necesidad de fogones y con contrastes de sabores y texturas.
¿De qué formas tomáis vosotros el melón con jamón? ¿Os gustan las ensaladas que incorporan fruta de temporada? Contádmelo en los comentarios, por Twitter o por Facebook.

Receta: Salsa para totopos
Ay, el verano. Las vacaciones, las siestas, la piscina, la playa y la brisa del mar… O bien, el calor pegajoso, los malditos mosquitos, los niños todo el día gritando fuera… Peor aún: ése niño que siempre tiene que salpicarte en la piscina y reírse. Como todo en esta vida, el verano tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.
Otra de las malas es ese letargo característico de la época calurosa, que no nos apetece movernos ni siquiera para coger el mando del aire acondicionado, y por supuesto, cocinar nos horroriza un poco.
¿Acercarse a fogones? ¿ENCENDER FOGONES? ¡¿ESTAR AL LADO DE FOGONES?! Ni hablar.
Para esas ocasiones, os traigo esta receta de salsa para totopos, que se puede tener lista en menos de 20 minutos, sin encender ni un solo fuego y con bastante poco movimiento por vuestra parte.
Cuando la encontré, la autora afirmaba categóricamente que era la mejor salsa que había probado nunca, y yo pensé que la mujer estaba exagerando y echándose un farol, porque los bloggers a veces somos un poco así, nos gusta pintar las cosas como si cada bocado que comemos fuera una explosión increíble en nuestros sentidos. No obstante, decidí hacerla porque se tardaba muy poco y sale mucha, lo cual es una gran victoria.
Pues resultó que la mujer tenía razón.
La salsa tiene el punto ideal entre frescura y picante. Es cierto que a la mía le he hecho algunas modificaciones, porque huyo del picante excesivo y en cambio me encantan las recetas de sabor fresco. Yo sí que he agregado cebolla (morada/roja), he puesto sólo un jalapeño y sin semillas y además he puesto sólo dos dientes de ajo. Quedó bastante suave, por si alguno la quiere hacer un poco más fuerte: tenéis margen. Para los que el jalapeño es vuestra cruz (o la de vuestra colon): podéis sustituirlo por unos chorritos de tabasco.
Sin embargo, a mí me encantó. Me parece que vale para muchas cosas, no sólo para los totopos/nachos/chips. Queda genial, por ejemplo, con el pollo frito que os enseñé la semana pasada. Vale también para tacos (como estos, por ejemplo), fajitas, burritos… Lo que se os ocurra que tenga algo medianamente mexicano o tex-mex. O simplemente para refrescar un buen corte de carne a la brasa.
Otra cosa que me ganó de esta receta es que tienes para varias veces (jejé, buena suerte intentando no comértela de una vez). Y que, cuando en un día de calor tienes invitados que vienen absolutamente agobiados del calor exterior, quedas como una reina cuando sirves esta salsa bien fría con unos totopos al lado, y unas bebidas recién sacadas de la nevera o el congelador. Te adorarán y no se fijarán en todos los juguetes que tu hija ha dejado esparcidos por toda la existencia. Victoria infinita.
¿Os gusta la salsa? ¿Qué soléis servir cuando tenéis invitados y no queréis encender fogones? Contádmelo en los comentarios, por Twitter o por Facebook.
